martedì 8 luglio 2014

La notte del Prater, Massimo Moratti ricorda


Da un'intervista al Corriere della Sera
 
Sono passati cinquant’anni da mercoledì 27 maggio 1964, la notte del Prater, la notte di Inter-Real Madrid 3-1. La notte della prima Coppa dei Campioni nerazzurra, la partita che, secondo Gino Palumbo, che la descrisse sul Corriere aveva trasformato l’Inter nella Grande Inter di Angelo Moratti.

Dottor Moratti, c’era anche lei quel giorno in tribuna a Vienna?

«Certo che c’ero; eravamo tutti a Vienna, noi ragazzi, insieme con papà e mamma. Siamo andati allo stadio in largo anticipo e in tribuna abbiamo trovato una sorpresa: Alfred Hitchcock. Quando l’ho visto, proprio sotto di noi e ci ha salutato, non so bene perché, ma ho interpretato quell’incontro inatteso come un segnale che sarebbe andata bene».

Eppure il pre-partita era stato agitato dall’infortunio di Sarti...

«Sarti aveva preso una pallonata nel riscaldamento e si lamentava molto. Papà, che era sceso negli spogliatoi, era stato chiaro: se non sta bene, gioca Bugatti. E Herrera: gioca Bugatti. Così in cinque minuti, Sarti è guarito, ha giocato e ha fatto una grande partita».

Che Real era quello del 1964?

«Molti dei suoi campioni, compresi Di Stefano e Puskas, non erano più giovani; venivano da vicende personali anche affascinanti, ma continuavano a formare una squadra comunque straordinaria, per la storia che aveva, per le cinque coppe consecutive vinte fra il 1956 e il 1960, per il fascino che esercitava sugli avversari, per l’esperienza e la classe dei suoi uomini».

E che Inter era quella di 50 anni fa?

«Una grandissima squadra, capace di arrivare in finale senza nemmeno perdere una partita: sei vittorie e due pareggi. Herrera e Suarez, che venivano dal Barcellona, sentivano la partita più di tutti».

Una finale di grande sofferenza?

«Devo dire la verità: no. Ho sempre avuto l’idea che ce l’avremmo fatta, come a Madrid nel 2010 contro il Bayern. Una sensazione comune che mi ha accompagnato in queste due finali. Ma a darmi forza, è stato anche il modo in cui l’Inter ha affrontato il Real dall’inizio: sono stati tutti magnifici, con Mazzola che ne ha fatte di tutti i colori e non soltanto per i due gol. Scappava via da tutte le parti ai difensori del Real. Straordinario».

Il Mago aveva consegnato Di Stefano alla marcatura di Tagnin...

«L’ordine che aveva ricevuto da Herrera era quello di seguire Di Stefano in ogni angolo del campo e Tagnin era stato perfetto nell’esecuzione. A Di Stefano aveva detto: fin qui puoi venire, ma se ti avvicini troppo alla porta di Sarti, ti faccio male. Di Stefano era disperato, una marcatura così non l’aveva mai avuta».

La finale con il Real è considerata da tutti gli interisti il punto più alto dell’Inter di suo papà. Lei che era presente come lo spiega?

«Vienna è stata la partita che ha trasformato la storia dell’Inter, perché ha fatta conoscere la squadra e il club in tutto il mondo. È stato un momento fondamentale e decisivo anche per il futuro. A Vienna l’Inter ha cambiato la sua dimensione storica. E poi è stato tutto bellissimo: è come quando una festa che hai preparato con grande cura riesce bene. Non sai bene perché sia venuta così bene, ma è successo e sei felice che sia stato così. E poi c’erano 30 mila tifosi interisti al seguito, una grande migrazione anche in rapporto a quei tempi. Una serata fantastica, al punto che il giorno dopo si raccontava di campane suonate in mezza Europa, compreso in Polonia. Chissà se era vero, ma è bello pensare che sia successo davvero».

I giocatori che erano presenti a Vienna raccontano di non aver mai visto suo papà così felice. È stato davvero così?

«Papà sentiva la finale di Vienna come la conclusione di un percorso importante, iniziato anni prima. È stato un po’ quello che ho provato io a Madrid nel 2010, dopo il 2-0 al Bayern. È come quando concludi un lavoro lungo e faticoso e senti di avercela fatta. È per questo che era felice, anche perché vedeva tanta gente contenta intorno a lui, ma composto, assolutamente misurato nella sua esultanza. Anch’io come lui a Madrid non sono riuscito a piangere. E un po’ mi sono anche pentito di essere stato così controllato. Vedevo i giocatori stravolti dalla felicità e Mourinho che non riusciva a trattenere le lacrime. Io ero emozionato, felice, ma sereno. E niente lacrime».

Nostalgia per quella notte, per quei tempi, per quella Milano?

«La nostalgia c’è, anche pensando a papà e mamma, a quegli anni, a quella squadra e a quell’atmosfera. E anche per quella Milano, che sapeva essere anche un po’ snob, al punto che la Coppa dei Campioni vinta l’anno dopo, a San Siro e contro il Benfica, veniva considerata quasi un atto dovuto. Forse perché la vera finale per noi era stata la semifinale di ritorno con il Liverpool, quel 3-0 che nessuno ha ancora dimenticato».
 

Florentino Perez ricorda Alfredo Di Stefano

Pubblicado nel giornale El Mundo del 8 luglio 2014

"El nombramiento de Alfredo di Stéfano como presidente de honor de nuestro Club, en el año 2000, supuso un gesto de agradecimiento y sobre todo de inmenso reconocimiento para quien ha sido, y seguirá siendo siempre, uno de nuestros más grandes símbolos. Seguramente, el más grande. Porque Alfredo di Stéfano cambió la historia del fútbol y del Real Madrid. Con el corazón herido, como el de todo el madridismo y el de todo el mundo del fútbol y del deporte, puedo sentir que todos coinciden hoy en una verdad irrebatible: que siempre habrá un antes y un después de él, el futbolista más decisivo para nuestro Club dentro y fuera del campo.
La visión extraordinaria de don Santiago Bernabéu fue estratégica para su llegada, que significó una auténtica revolución para el fútbol no sólo nacional, sino continental y mundial. Alfredo di Stéfano fue la clave esencial del salto de nuestro Club como gran líder de este deporte. Para muchos, y verdaderamente para mí en particular, fue, es y será, por muchas razones, el mejor de todos los tiempos. Aquella España en blanco y negro de enormes dificultades y de heridas abiertas, aquel país roto y necesitado de sueños halló en el Real Madrid de Alfredo di Stéfano milagros de fútbol que jamás se habían imaginado. La dimensión universal de la leyenda blanca comenzó a consolidarse fundamentalmente en aquellos años y fue el héroe principal de gestas maravillosas. Sin embargo, él nunca olvidó a los que fueron sus compañeros como parte imprescindible de un todo. Unos futbolistas únicos que fueron reconociendo, uno por uno, que sin aquella figura espectacular, sin aquel rayo cegador y permanente para los rivales, nada habría sido igual.
Yo fui uno de esos privilegiados niños que tuvo la inmensa fortuna de verle jugar con la pelota, y por supuesto dominar en los campos. Alfredo di Stéfano era la parte más valiosa del precio de la entrada o del abono. Ir a ver al Real Madrid era ir a ver a Alfredo di Stéfano. Ir a ver a Alfredo di Stéfano era ir a ver al Real Madrid. Porque él representó como nadie los valores esenciales del madridismo: energía, ilusión, coraje, respeto a los compañeros propios y a los rivales, amor por el juego, triunfo, compromiso, altísima calidad... Él fue la combinación de un talento inmenso, una entrega sin límites y un hambre de victorias desconocido hasta su llegada.
Alfredo di Stéfano fue nuestro mejor embajador. Su hoja de servicios tuvo una culpa gigantesca de que fuera reconocido, años después por la FIFA, como el mejor club del siglo XX. Él nos generó y nos transmitió buena parte del estilo y de los códigos indestructibles que han hecho del Real Madrid lo que es. Y él fue uno de los motores principales que seguirán siempre en funcionamiento para que este equipo luche toda la vida para alcanzar las metas más elevadas.
Hablar de Alfredo di Stéfano en pasado nos sirve para recordar al futbolista más influyente de nuestra dorada historia. Pero es preciso aquí y ahora, y cada vez que nos pregunten afirmar que su figura debe ser el apoyo fundamental para enfilar el presente y el futuro.
Entre todas las lecciones que aprendimos de él, la principal debe ser la de la insatisfacción permanente; la sensación inequívoca de que una vez logrado un objetivo de lo que se trata es de ponerse manos a la obra para conseguir el siguiente. Desde el primer amistoso de cada pretemporada hasta la final más dura, pasando por todos y cada uno de los encuentros. Su manera de entender el fútbol y el Real Madrid se trasladó en la reciente final de Lisboa: sin el menor atisbo de rendición. Aunque él no pudo estar allí con nosotros, su espíritu impregnó la consecución de La Décima. No tengo ninguna duda de esto. Este gran título, que él también disfrutó, es suyo. Porque la Copa de Europa es el Madrid y el Madrid es Di Stéfano.
Él nos enseñó que no debería haber nadie capaz de convencer a un futbolista del equipo, ni a un técnico, ni a un aficionado, ni a un presidente, de que un partido es menos importante que otro. Él contó hasta el último de sus días que uno de sus grandes disgustos fue no ganar el encuentro de su debut con el Real Madrid, pese a que aquel 23 de septiembre de 1953, cuando saltó al campo de Chamartín para enfrentarse al Nancy, apenas hacía unas horas que había llegado y que se había pasado tres meses sin entrenarse. Aquello fue la segunda de las lecciones de coraje que nos dio a todos los madridistas. La primera fue aguantar las enormes presiones a las que se vio sometido para poder firmar por el Real Madrid, el lugar en el que quería estar.
Yo estoy convencido de que todas las generaciones deberían tener el derecho de disfrutar de Alfredo di Stéfano. Fue de esos deportistas que nunca deberían haber envejecido, por muy valiosa y edificante que nos proyectara su madurez primero y su vejez después. Y que todos pudieran captar y disfrutar la esencia de su significado en el momento en el que se produjo. Pese a ello, creo que el suyo es el único caso en la historia en que la grandeza de un jugador está a la altura de lo que realmente significó. Incluso es posible que se haya quedado corta.
El alma del club ondea a media asta en su memoria, y precisamente por el recuerdo permanente de su fuerza y su arrojo, de su impresionante e inigualable trascendencia, se izará de nuevo. Jamás me cansaré de pensarlo y de decirlo: Alfredo, gracias por tantísimo."


Mazzola ricorda di Stefano

Tratto da una intervista di Sandro Mazzola del 16 marzo 2014:


Il gol più bello? “Ce ne sono tanti: la doppietta contro il Real a Vienna, ma soprattutto quello a Berna con la nazionale. Quando andavamo all’estero i tifosi avversari ci fischiavano, mentre gli immigrati italiani vivevano l’incontro con gioia ma soprattutto la nostra eventuale vittoria era simbolo di riscatto. A Berna quel giorno passammo in svantaggio. Potete immaginare i nostri tifosi. Poi ad una manciata di secondi dalla fine arriva una palla, si sviluppa un’azione magistrale, faccio due o tre palleggi, entro in area tiro e segno. I nostri esplodono in una gioia indimenticabile”.

Il calcio non è solo calcio, è cultura, è costume, è inseparabile presenza nella vita quotidiana. Pensate che gli indici delle borse nazionali risentono dei risultati sportivi, salgono e scendono in relazione a vittorie e sconfitte.

Dicevi di Vienna della finale con il Real … “Sì, era il 1964 e il mio mito era Di Stefano. Prima di “salire” in campo dal sottopasso del Prater, (lo stadio di Vienna ndr), le squadre erano in fila ed io fissavo con ammirazione Di Stefano. Suarez mi prende e dice: “Ehi, sei venuto per giocare la finale o per vedere come è fatto Di Stefano? Vincemmo 3 a 1, con una mia doppietta, meraviglioso! Alla fine della partita cerco Di Stefano per chiedergli la maglia, mi viene incontro Puskas, il mitico campione ungherese: dammi la maglia, tu sarai un campione, mi disse. Conservo ancora oggi quella di Puskas, ma ahimè mi manca quella di Di Stefano. Facchetti, Picchi, Burnich, Corso, Suarez … Amici e persone fantastiche. Ho trascorso con loro molti i momenti più belli della mia vita. Helenio Herrera? Allenatore metodico persino maniacale, soprattutto per la disciplina e le ferree regole durante i ritiri. Un giorno io, Burnich e Picchi “scappiamo dal ritiro”: erano le 7 del mattino: destinazione la chiesa ad un passo dal ritiro dove volevamo assistere alla messa. Ad un certo punto, dietro ad una colonna della chiesa, compare il mago. Mi difendo affermando che senza la messa gioco male e concordano Picchi, Burnich e Facchetti. Il mago si convince: la fuga dai ritiri non è per festini e per trovare ragazze disponibili. Il mago capisce e da allora la messa è celebrata ogni sabato prima della partita. Ricordi quando eravamo a 7 punti dal Milan? Ebbene, la squadra aveva vissuto un risveglio spirituale, partecipavamo alla messa, ci si confessava, eravamo coinvolti in opere di solidarietà … vincemmo il campionato all’ultima giornata”.
 


L'Angelo innamorato di Gianni Brera






Nacque alla Boca di Buenos Aires, dove il grande Rio del Plata incomincia a dilatarsi in estuario. Alla Boca parlano un argentino impigrito di còccina genovese. Antonio Valentin era di origini lucane. Suo padre macellaio sciabolava filetti con la goduria di uno che per molte generazioni aveva ruminato mandorle. Antonio G. Rossi, avventurato marinaio scrittore, ha insinuato che gli argentini fossero tristi perché, abbuffandosi di carne, affaticavano il fegato fino a venirne turbati. La spiegazione era piena di fascino e come tale possibile di arguta fasullaggine. Gli argentini erano, sono tristi perché rimpiangono l'Europa o le Ande non appena si dispongono a digerire. Un po' si vergognano anche di avere varcato l'Atlantico per la sola soddisfazione di rimpinzarsi. Quanto alle Ande, il loro fascino è misterioso: le piume che i Criollos si ficcavano tra i capelli lasciavano il segno sul cuoio capelluto. Momenti di primigenia felicità si guastavano al ricorrere insano della storia. I bianchi si vantavano criollos per mero sfizio ma chiamavano cabezitas negras (crapette nere) i connazionali con i volti austeri di Sivori e Maradona. I bianchi erano italiani o spagnoli. Vi fu un momento in cui gli abitanti de Argentina libre dovettero adottare la lingua nazionale e furono incerti fra l'italiano e lo spagnolo: poi si dovettero acconciare allo spagnolo perché gli italiani non andavano oltre i dialetti di origine e per capirsi dovevano spropositare secondo koinè Castellana.
Antonio Valentin nacque da due che avendo ruminato mandorle mordevano carne con inesausta fame. Il ragazzino soffriva minori smanie al cospetto di Santa Proteina. Cresceva bene, di moderata longilineità. Il vizio stradaiolo della pelota de piè gli rese un pò ipertrofiche le cosce, però in equa misura. Nobilitò le mani posteriori come pochi eran buoni sulla riva argentina dell'estuario. Naturalmente lo scoprirono al Boca e s'incantarono. Chi non possiede nozioni di calcio o di atletica si aggrotta agli entusiasmi dei pedofili estetizzanti. Li prende per maricas (vulgo culattoni). E' uno dei mille modi in cui gli ignari si rifanno della propria ignoranza. Fatemi vedere Antonio Valentin controllare un pallone bozzuto e poi coordinarsi come per un passo di danza e toccare gentile ad un amico: immancabilmente io avrò incolpevoli reazioni alla Marcel Proust: capace anche che arrivi all' abominio di chieder palla atteggiandomi a toccatore di fino (con il piatto): se il pedator de calle rifiuterà l' omaggio al fanatico, rivelerà semplicemente la sua gelosa ignoranza (e irriconoscenza marcia): ma se io avrò conoscenze al Boca Juniors, perdiò, saprò bene a chi dire hoye, amigo: ho appena scoperto il nuovo Di Stefano! Mira.
Antonio Valentin encanta a todos. Appena sedicenne convince don Guillermo Stabile che la fuga di Alfredo Di Stefano in Colombia non rappresenti nulla di tragico. Non ancora diciottenne, Antonio Valentin è nazionale. I campeonatos suramericanos si svolgono a Lima, in Perù. A.V.A. è centravanti d' una squadra che, guidata con un po' di decenza, non avrebbe eguali al mondo. Nel 1957 vigeva il WM inglese. Don Guillermo non aveva l'umiltà di riflettere che l'Argentina poteva legiferare in materia di pedate. L'Uruguay, padre del futbol, non ha mai abbandonato il W, con doppio terzino centrale d'area: l'Argentina ha dato campioni più di ogni altro Paese al mondo, perciò non si è degnata di curare minimamente la tattica di gioco: quando il W è sembrato obsoleto, ha puntualmente imitato gli imbecilli adottanto il WM. Con quel modulo incongruo ha incontrato il Brasile ai campionati sudamericani di Lima e l'ha convinto ad abbandonare l'ingannevole strada degli inglesi. L'Argentina aveva un trio centrale di classe cosmica: era composto da Maschio, Angelillo e Sivori. Il Brasile è stato ridicolizzato e Feola ha convinto i sopracciò del suo paese a bloccare la squadra sul 4-2-4 cosiddetto (ma era una balla, perché l'ala sinistra arretrava a sostegno del centrocampo e perfino della difesa). L'Argentina non ha ritenuto di doversi abbassare allo studio di una tattica. Per soprammercato, gli angeli dalla faccia sporca sono stati immediatamente acquistati da squadre italiane: Sivori è venuto alla Juventus, Maschio al Bologna, Angelillo (A.V.A.) all'Inter. Non aveva vent'anni, il nostro, e la natura plorona del figlio unico. Preso alla Boca e buttato nel centro di Milano, ha sofferto le pene del mammone. Giocava senz'aver neanche riposato un giorno: gli mancavano mamma e filetto al sangre. Inoltre, nella sbolinata Inter di Milano infierivano goffi nazionalisti pro domo sua: il mattissimo Benito Lorenzi, toscanello da Borgo a Buggiano, chiamava stranieracci gli oriundi e non solo gli negava la palla, ma gli faceva smorfie da bambino scemo. Queste licenze mi consento nei suoi confronti sapendolo amico (mo' che lo conosco, t'missa d'un cujòn): però è vero che A.V.A. si sentiva perso, al punto che Angiolin Moratti, presidente dell'Inter e squalo bianco del petrolio mediterraneo, esprimeva seri dubbi sulla precisa identità del soggetto: Second mi diceva n'han mandà minga quell giust (pensava infatti che gli avessero mandato un falso Angelillo). Lo squalo aveva un cervello che neanche Gerolamo Cardano, medico e matematico. Sapendolo solo e afflitto da nostalgia, pensò di far pilotare A.V.A. a diporto in qualche night. A questo proposito chiamò due scapoli, Fongaro e Masiero, due veneti sgherri.
Fongaro e Masiero pilotarono A.V.A. dove Ilya gorgheggiava Grazie dei fior. Ilya si era munita d'un pseudonimo strano: forse ignorava che Lopez era ed è il cognome di molti ebrei spagnoli. A Milano amammo molto un Sabatino autore di candide commedie; suo figlio Guido Lopez è storico di vaglia. La Ilya prese in braccio Antonio Valentin e se avesse potuto l'avrebbe pure allattato. Antonio ritrovò gli estri mammoni che avevano consolato la sua malinconica adolescenza sulla Boca. I suoi occhi tornarono vivi. Il profilo era nobile. Il naso leggermente aquilino e la bocca ben tagliata lo facevano somigliare a Ramon Navarro. Con la differenza che Ramon era un nano, mentre lui, il nostro A.V.A., era un principe de la pelota. Le sue mosse feline obbedivano a naturale e mai voluta eleganza. I piedi si appoggiavano alla palla come un pennello ai colori in tavolozza. La falcata variava secondo estri e necessità agonistica.
Il suo calcio era propriamente una danza ora concitata ora lieve, ora violenta ora blanda e quasi soave nei toni. Lo vidi esordire a San Siro cercando Massei con una lunga fiondata all'ala: Massei ricevette controllando in corsa ma senza alcun affanno: portò avanti la palla e dall'estrema crossò verso l'area: a riceverla, con uno stacco perfetto, era l' immenso A.V.A., che con un balzo armonioso la incornò verso l'angolo. Ebbi l'impressione dicesse: e giunto al fin della licenza io tocco. Aveva un bel protestare Lorenzi agli stranieracci: l'oriundo lucano Angelillo non era affatto un angel con la cara sucia: era semplicemente un dios de la pelota. In illo tempore incombevano i mondiali di Svezia e Alfredo Foni, che aveva portato l'Inter a due scudetti, per non macchiarsi dell'orribile colpa di fare catenaccio andò con il WM a Belfast e si fece mettere fuori dall'Irlanda del Nord. Non meno ignaro (nesci) di lui mi parve Guillermo Stabile, c.t. dell' Argentina. La quale venne sì ai mondiali, ma giocando WM sprecò una squadra da tuoni e fulmini, prese goleada dai ceki e disse con il pianto nella voce: Debbo pensare che sia la rassa o far presente a lor signori che el mejor centerforward del mundo es a Milan?ll poveretto si riferiva ad Angelillo: troppo poveri (e superbi) erano allora gli argentini per degnarsi di porre come condizione dei trasferimenti la facoltà di richiamare in patria i campioni più idonei alla nazionale. Avesse rifatto la squadra di Lima, modificando il WM come i brasiliani, Stabile avrebbe tranquillamente vinto il mondiale. Angelillo rimase all'Inter e fece 33 gol in una stagione. Giocò alla Di Stefano e i giornali argentini pubblicarono foto nelle quali rilevavano con molto sdegno che el mejor centerforward del mundo stava schierato sulla linea della propria porta, come un terzino qualsiasi. Io adoravo A.V.A. e Ilya me lo portò una sera all'osteria da Chang e mi confidò di averlo fatto vistare da uno psicologo, il cui verdetto era stato che el mas grande centerforward del mundo aveva la capa d'un ragazzino di 14 anni non ancora compiuti. Io dissi a Ilya che nessuno si sarebbe mai sognato di chiedere l'attacco dell'Orlando Furioso o del don Chisciotte a Di Stefano o a Rivera. Ilya me ne fu grata e A.V.A. completò con lei la propria educazione sentimentale. Venne Accaccone all'Inter e come gli ungheresi a Barcellona Angellilo si deve esser domandato come mai un broccaccio di quella fatta si arrogasse il diritto di comandare a chi invece dava deliziosamente del tu alla palla. Accaccone lo prese in sinistra parte e pretese da lui che corresse oltre i limiti consentiti dalla ragione e dai soavi ricordi di Ilya.
Per scusare Angelillo scrissi che la colpa era nostra: sentendosi condannato a morte dal superlavoro pedatorio, Angelillo era inconsciamente portato a cercare la salvezza sul seno di una femmena bella e desiderabile. Accaccone adorava le donne ma non ammetteva che anche gli altri ne traessero motivi di soddisfazione e di gioia. Moratti dovette arrendersi e consentire che Angelillo se ne andasse dall'Inter per emigrare a Roma. Angelillo fece alcune memorabili partite nella nazionale di Lega (al servizio di Boniperti) e poi tornò a Milano per esibirsi nel Milan. Giocava ad alto livello dall'età di 16 anni. Quanto può durare, onestamente, la carriera di un grande pedatore? Angelillo aveva scapolato il servizio militare, venendo in Italia, e aveva dovuto rinunciare per sempre a tornare in Argentina.
Così rimase in Italia e si fece allenatore. Se il nostro calcio fosse serio com'è dispendioso, Angelillo verrebbe onorato come un grande insegnante di tecnica: non essendo serio, Angelillo deve fare l'allenatore di ventura. In questo momento insegna calcio in Marocco. Se i marocchini sono seri, come non ho motivo alcuno di dubitare, presto il loro calcio si troverà ad aver compiuto grandissimi progressi dal punto di vista dei fondamentali. Pochi pochissimi al mondo ho veduto trattare palla come Valentin Antonio Angelillo, originario lucano come i miei amici Sinisgalli e Guerrieri, che Dio li benedica.
Gianni Brera
La Repubblica - 24 agosto 1989